Hace ya muchos años, me quedé atrapada por la fotografía gracias a un curso que hice, a partir de aquel año, toda mi intención era comprarme una buena cámara y volverme loca con ella. Al principio, puesto que no tenía ingresos porque estaba estudiando y todavia no trabajaba, las cámaras de las que disponía era aquellas que casi todos teníamos, las Kodak de toda la vida. Años más tarde, pude hacerme con mi primera cámara profesional, y tengo que decir que nos costó un poco acostumbrarnos la una a la otra. Cuando ya se hizo viejecita, compré una mas avanzada y con mayores prestaciones, tenemos nuestras diferencias, todavía no nos conocemos lo bien que deberíamos, pero bueno, las buenas relaciones se forjan con el tiempo.
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